miércoles, 12 de octubre de 2011

Noche de brujas

La hoguera está llorosa
y las nubes tan calmas.
Río de ríos negros brillan
en el hielo de la aurora.
El invierno sopla, sopla
y a la ventisca adormece.
Niebla azul tiñe de plata
a los esquivos verdeles.
En la calidez de la tumba
hay un silencio mortal;
suspiran los cementerios
bajo el graznar de los cuervos.
Los espíritus obsesos se marchan,
se evaporan en la mañana fría.
Y la hoguera, llora, llora;
está tan tibia.
                                                  Fotografía cortesía de Joaquín Alcalá Martínez.

jueves, 6 de octubre de 2011

Don Álvaro o la fuerza del Sino

Una de las obras cumbre del romanticismo español (junto con el Don Juan de Zorrilla), Don Álvaro narra la historia de un hombre abocado a la desgracia desde el principio. Personaje simbólico, inocente y arrepentido por todo lo que el destino le ha forzado a hacer, es sin duda uno de los grandes pilares de nuestra literatura decimonónica.
A continuación, uno de mis fragmentos favoritos:



¡Muerte es mi destino, muerte,
porque la muerte merezco,
porque es para mí la vida
aborrecible tormento!
Mas, ¡ay de mí, sin ventura!,
¿cuál es la muerte que espero?
La de criminal, sin honra,
¡en un patíbulo! ¡Cielos!
 
                                            Ángel Saavedra, duque de Rivas, autor de la obra.